Francisco pidió por la paz y la libertad religiosa en su reaparición de Pascua
20/04/2025
El papa, de 88 años y aún en recuperación, participó desde el balcón de la basílica de San Pedro en la misa de Pascuas, donde reafirmó su mensaje en favor de la paz, el desarme y la libertad de credo.

Una Pascua marcada por la fragilidad del pontífice
Este domingo, el papa Francisco apareció en silla de ruedas en la logia central del Vaticano para impartir la tradicional bendición "Urbi et Orbi".
Aunque no leyó personalmente el mensaje, su presencia física ante unas 35.000 personas en la plaza de San Pedro fue una señal de fortaleza simbólica pese a su frágil estado de salud.
A poco de haber recibido el alta médica tras 38 días de internación por una neumonía bilateral, el pontífice decidió estar presente en uno de los actos más significativos para la comunidad católica mundial, luego de haber estado ausente en gran parte de los rituales de Semana Santa.
La misa previa fue celebrada por el cardenal Angelo Comastri, mientras Francisco, sin las cánulas de oxígeno que utilizó en otras ocasiones, deseó una “Buena Pascua” antes de que un colaborador diera lectura a su mensaje.
Un llamado urgente desde el corazón del Vaticano
En su mensaje pascual, Francisco fue contundente: “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”.
Con estas palabras, puso en el centro del escenario la necesidad de proteger los derechos fundamentales como condición para la convivencia global.
Además, el papa se refirió a la situación en Gaza y pidió el cese del fuego, la liberación de los rehenes y asistencia humanitaria para quienes padecen hambre y violencia, abogando por un futuro pacífico en la región.
Expresó también su cercanía al sufrimiento de los cristianos en Palestina e Israel, así como de todos los pueblos involucrados, recordando que este año la Pascua se celebró el mismo día para católicos y ortodoxos en la Iglesia del Santo Sepulcro, símbolo de unidad espiritual.
Críticas a la escalada bélica y a los ataques humanitarios
Francisco no evitó referirse a uno de los temas que más lo preocupa: la militarización mundial. “La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme”, afirmó, y exhortó a los dirigentes políticos a no dejarse llevar por el miedo ni por la lógica del aislamiento, sino a invertir recursos en combatir el hambre y fomentar el desarrollo.
Con énfasis, condenó los ataques a hospitales, escuelas y trabajadores humanitarios: “Lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con alma y dignidad”, sostuvo, en un fuerte alegato por el respeto a la humanidad en contextos bélicos.
Un pontífice que no se rinde
A pesar de su delicado estado, el papa mantuvo algunas apariciones durante la Semana Santa. El sábado se acercó a rezar a la basílica de San Pedro y saludó a peregrinos de Estados Unidos.
Y el Jueves Santo visitó la cárcel de Regina Coeli, continuando con una tradición que sostiene desde el inicio de su papado.
En la homilía que había preparado para la misa de Pascua, y que fue leída por Comastri, invitó a los fieles a no quedarse en certezas cómodas y a "ver más allá, para descubrir a Jesús", destacando que el Cristo resucitado "llora las lágrimas de quien sufre".
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