El Gobierno Nacional avanza con una medida para desregular la importación y exportación de alimentos

El Ejecutivo presentó un decreto para simplificar los trámites de comercio exterior en el rubro alimenticio.

La medida busca fomentar la competencia en el mercado, pero genera dudas entre los productores nacionales.

Simplificación de trámites: una apuesta a la libre competencia

El gobierno argentino anunció un nuevo decreto que desregula la importación y exportación de alimentos, con el objetivo de reducir la burocracia y facilitar el ingreso de productos extranjeros.

Según explicó Federico Sturzenegger, encargado de liderar este proyecto, los trámites administrativos que antes requerían largos procesos se han simplificado al máximo.

El propósito es aumentar la oferta de productos en el mercado local y, a través de la competencia, lograr una reducción de los precios para los consumidores.

"Menos trabas significan más opciones y precios más competitivos", señaló Sturzenegger, quien asumió este desafío como parte de la administración actual, aunque originalmente estaba diseñado para un eventual gobierno de Patricia Bullrich.

Polémica en el sector productivo

Mientras el gobierno argumenta que la libre competencia beneficiará a los consumidores, productores locales expresaron su preocupación.

Señalan que los productos extranjeros ingresan al país sin enfrentar los mismos costos que los locales, como cargas sociales, impuestos y tasas municipales, además de los riesgos laborales.

Esto podría generar una desventaja para la industria nacional, según sus críticas.

Por otro lado, los detractores de la medida recordaron que políticas similares aplicadas en décadas pasadas no solo fallaron en bajar los precios, sino que también impactaron negativamente en la industria local.

Precios abusivos: el foco de la discusión

Los altos costos de productos básicos, como alimentos, ropa y automóviles, son un tema recurrente.

Según los últimos datos, los precios de los alimentos en 2024 subieron un 94,7%, y aunque la inflación se desaceleró, no hubo una baja real en los costos.

Esto refuerza la expectativa del gobierno de que una mayor oferta en las góndolas pueda traer alivio al bolsillo de los argentinos.

Lo cierto es que tal vez sea el momento para que el sector productivo y el gobierno trabajen en conjunto y encuentren soluciones que hagan más accesibles los precios sin perjudicar a la industria local.