¿Cómo se elige un nuevo Papa? El ritual secreto del cónclave en el Vaticano
21/04/2025
Tras la muerte del Papa Francisco, el Vaticano se prepara para una de sus ceremonias más tradicionales y enigmáticas: la elección del nuevo Sumo Pontífice.

El cónclave, que combina historia, simbolismo y secretismo, se pondrá en marcha con los cardenales electores encerrados en la Capilla Sixtina, siguiendo un protocolo milenario.
Un encierro con historia
El término cónclave viene del latín cum clave ("con llave"), en alusión al encierro de los cardenales para evitar presiones externas.
Esta práctica comenzó formalmente en 1241, cuando se eligió a Celestino IV, aunque el episodio más insólito ocurrió en Viterbo, en 1268.
Tras un prolongado bloqueo para designar sucesor, los habitantes de la ciudad intervinieron: primero encerraron a los cardenales, luego les quitaron el techo del palacio y hasta les negaron agua y comida.
Recién en 1271, una comisión logró elegir a Gregorio X, quien instauró reglas de confinamiento que su sucesor Juan XXI derogó poco después.
Cómo es el proceso de elección
El cónclave se realiza en la Capilla Sixtina. Allí ingresan los cardenales al canto de "Veni Creator", y una vez dentro, el cardenal camarlengo cierra las puertas con la frase en latín "Extra omnes" ("todos afuera").
A partir de ese momento, los cardenales juran secreto absoluto. Luego comienza el proceso de votación: cada uno escribe un nombre en una papeleta, pronuncia un juramento y deposita el voto en una urna.
Se necesitan dos tercios de los votos para que haya nuevo Papa. Si no se alcanza el consenso, las papeletas se queman. El humo negro indica que no hay Papa; el blanco, que fue elegido uno nuevo.
Aislamiento y control
Desde la constitución apostólica "Universi Dominici Gregis", dictada por Juan Pablo II, los cardenales deben permanecer completamente incomunicados: no pueden usar teléfonos, ni medios de comunicación, ni recibir información del exterior.
Incluso se revisa que no haya dispositivos de espionaje en la Capilla Sixtina. El camarlengo es el encargado de garantizar la inviolabilidad del perímetro y supervisar todo el proceso.
Anécdotas del cónclave
A lo largo de la historia, no faltaron situaciones curiosas. En 1958, el futuro Juan XXIII, entonces cardenal Angelo Giuseppe Roncalli, calmó sus nervios con un coñac que le ofreció su colega Maurilio Fossati.
En el cónclave de 2005, la primera quema de papeletas llenó la Sixtina de humo y confundió a la multitud: no se distinguía si la fumata era blanca o negra.
Desde entonces, se utilizan sustancias que aseguran un color visible y claro, y las campanas confirman la elección.
Lo que no todos saben
Los cardenales no están obligados a elegir a alguien presente en el cónclave. Incluso pueden elegir a un religioso que no sea obispo, aunque en ese caso debe ser ordenado inmediatamente antes de asumir.
Cada cardenal cuenta con una habitación en la Casa Santa Marta, restaurada por Juan Pablo II tras vivir la incomodidad de los cónclaves de 1978. De hecho, fue la residencia que eligió Francisco durante su pontificado, en vez de instalarse en los aposentos papales.
El "Habemus Papam" y los primeros pasos del nuevo líder
Una vez elegido, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta al nuevo Papa si acepta el cargo y qué nombre desea adoptar.
La tradición marca que nadie elige el nombre Pedro, en honor al apóstol considerado primer obispo de Roma.
Desde los tiempos de San Pedro, seguido por Lino, Cleto, Clemente y Sixto, todos mártires, el proceso de elección evolucionó para blindar a la Iglesia de influencias externas.
Papas con historia
Entre los pontífices más particulares está Adriano II, elegido en 867, quien ya había rechazado el cargo dos veces. Fue uno de los pocos que estuvo casado y tuvo hijos.
También Sergio III, que asumió en 904, fue padre del futuro Papa Juan XI. Durante su pontificado, Francisco creó 142 cardenales, 113 con derecho a voto. De 70 países, 22 de ellos nunca antes habían tenido representación en el cónclave.
El misterio sobre quién será el próximo Papa solo lo sabe Dios. Como dice el dicho: “El que entra al cónclave como Papa, sale cardenal”.
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