Acusan a dos estudiantes de la UBA por acosar a una compañera que publicaba en OnlyFans

02/04/2025

Una joven de 22 años, estudiante de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, denunció haber sido víctima de un acoso sistemático por parte de dos compañeros de carrera, quienes fueron elevados a juicio por la jueza Alejandra Provitola.

Denuncian a dos alumnos de la UBA por acoso en grupos incel

Los acusados integraban grupos de Telegram vinculados a la subcultura "incel", donde expusieron su actividad en la plataforma OnlyFans.

Telegram, misoginia y cultura digital violenta

La cultura “incel” (acrónimo de “célibes involuntarios”), que promueve discursos misóginos por parte de varones resentidos por su falta de relaciones afectivas o sexuales, se volvió tema de conversación en Argentina tras el estreno de la serie “Adolescencia” en Netflix.

La producción puso en escena conceptos como la “manósfera” y teorías como el “80/20”, donde el 80% de las mujeres elegiría solo al 20% de los hombres, en una lógica de mercado del deseo profundamente desigual.

En este contexto, dos estudiantes de Ciencias de la Computación de la UBA, Federico J. (26) y Gaspar O. D. (24), comenzaron a hostigar a una compañera. El caso se originó en la Facultad de Ciencias Exactas y se desarrolló entre 2022 y 2024.

El hostigamiento

La joven fue expuesta en grupos de Telegram utilizados por otros alumnos, entre ellos uno llamado “Incels DC UBA”, donde se compartió que era modelo en OnlyFans.

Luego, comenzó a recibir mensajes anónimos que incluían enlaces a su perfil, propuestas sexuales a cambio de dinero y expresiones cargadas de violencia.

El primer contacto directo se dio el 8 de mayo de 2023, cuando recibió un mensaje en su celular: “¿Te podría hacer una propuesta diferente?”, decía el remitente.

Después, sugirió encontrarse en un baño de la facultad para una práctica sexual. Al recibir la negativa, el tono cambió abruptamente: “Chau, boluda histérica, chupame bien la p...”, fue una de las respuestas.

Más adelante, otro usuario la contactó para preguntarle si “seguía ofreciendo servicios sexuales” y llegó a expresar frases como: “Necesito descargar semen” y “Quiero hacerte un sacrificio ceremonial japonés con empalamiento”.

El impacto en la víctima

Como consecuencia del acoso, la estudiante abandonó sus estudios y dejó de trabajar en la plataforma.

Afirmó que su salud mental se deterioró gravemente: “Volví a tener ataques de pánico, me volví pesimista, a sentir que no pertenezco a los espacios de interés por ser mujer”, declaró ante la Justicia.

También dijo haber sentido humillación al sospechar que docentes y compañeros accedieron a contenido íntimo suyo, y señaló que “ellos sabían muy bien lo que estaban haciendo”. Cuatro compañeros confirmaron su relato como testigos.

La causa judicial y el rol de OnlyFans

La causa recayó en la jueza Alejandra Provitola, quien procesó a ambos acusados por coacción y hostigamiento digital, cargos que fueron confirmados por la Sala V de la Cámara Criminal y Correccional en octubre y diciembre de 2024. Posteriormente, ambos fueron elevados a juicio oral.

Gaspar O. D. enfrenta además un cargo por intimidación pública, ya que en otro grupo de Telegram, llamado “Grunt Posting”, amenazó con una escopeta a estudiantes identificados como kirchneristas. Por este motivo, fue detenido y cumple prisión domiciliaria.

En paralelo, la jueza pidió colaboración a OnlyFans, que confirmó que Federico J. era usuario registrado, bajo el alias “Leíto”.

La plataforma aportó una dirección IP que coincidía con el domicilio de sus padres, y un correo electrónico que también había sido informado por la UBA.

La respuesta institucional

Antes de acudir a la Justicia, la joven realizó una denuncia ante el Programa por la Igualdad de Género de la UBA, luego de haber sido objeto de burlas cuando pidió ayuda por haber perdido un bolso con medicamentos.

Al conocer los chats que circulaban bajo nombres como “UBA DC”, consideró que la situación había superado los límites del humor negro y debía ser intervenida por la universidad.

Actualmente, continúa recibiendo apoyo psicológico. Aunque decidió no hablar públicamente, autorizó que su testimonio en la causa sea citado para visibilizar lo que vivió.

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